Autoras: Lic.Psicología Jésica González
Lic. Psicología Gisella Cabrera
30 de Mayo 2013
La familia es un
sistema de relaciones y como tal un cambio producido en cualquiera de sus
miembros afectará indefectiblemente al resto de la familia. “…Desde una mirada
ecoló-gica se entiende a la persona con
discapacidad como sujeto singular,
integral, relacional y contextuado que influye y es influido por los diversos
contextos, no solamente el familiar, sino también el escolar, social, cultural
de los cuales forma parte…” (Blanca
Núñez)
Por lo anteriormente
mencionado, es que desde el momento de
la confirmación del diag-nóstico se produce un quiebre en la familia, un antes y
un después.
Los proyectos de vida familiar planificados hasta ese momento se
ven truncados, deberán ser modificados, incluyendo ahora un hijo/hermano con
discapacidad.
Debe tenerse en
cuenta que nadie está preparado para tener un hijo con discapacidad, la
discapacidad marca no solo al niño sino
a la familia toda.
Cuando el niño con discapacidad nace toda la atención y los
cuidados se dirigen a él pero ¿qué pasa con los demás integrantes de la familia?
¿Qué ocurre con los hermanos?
Se considera
erróneamente que los hermanos tienen más recursos para afrontar solos todas las
vicisitudes que se les presentan; sin embargo, son tal vez los que más necesitan
del apoyo de todos.
Se debe considerar
que tanto el hijo con discapacidad como los padres del mismo, reciben continuamente apoyo profesional, mas
allá de que la atención de los profesionales suele ser exclusivamente para la
persona con discapacidad, estos tienen a quien recurrir, donde expresar sus
dudas, sus miedos. Sin embargo, los
hermanos quedan excluidos de todo esto, a ellos se les ofrecen muy pocas
posibilidades para escucharlos,
conocerlos, saber lo que les pasa, cuales son sus dudas, sus necesidades y sus
posibilidades de desarrollo personal.
La posición y la
reacción que los hermanos tengan dependerán en gran medida de la posición de
los padres frente a todos sus hijos, del lugar que le han otorgado a cada uno,
de la rivalidad que producen o la necesidad de protección. Esto dependerá de
como han resuelto, en caso de que hayan podido hacerlo, el duelo por este hijo
que no era el que ellos esperaban, dependerá del modo en que han enfrentado el
nacimiento del hijo, del tipo de discapacidad presente, de la expectativa de
vida y de evolución.
Para los hermanos y
en mayor medida cuando estos son pequeños, les cuesta entender porque sus
padres le dedican poco tiempo en relación a su hermano con discapacidad.
Se les
debería explicar en un lenguaje comprensible, adecuado a la edad de cada uno,
la razón de esto, que es lo que está ocurriendo, lo que le está pasando a su
hermano, las características de la discapacidad, siendo necesario en la medida
de lo posible, solicitar ayuda de algún profesional, esto es de fundamental
importancia para eliminar la fantasía de ser relegados a un segundo plano y
sentirse culpables por esto.
Por otro lado es
pertinente mencionar las dos posturas que pueden tomarse en relación a los
hermanos de la persona con discapacidad. Por un lado, negarles la realidad,
ocultarles lo que está ocurriendo minimizándolo con el fin de proteger a los
hermanos, y por otro lado, ante el afán de favorecer la participación de todos
en el grupo familiar, se corre el riesgo de sobrecargar a los hermanos con
responsabilidades y tareas que van más allá de lo adecuado para sus respectivas
edades.
Otro tema importante
y que genera gran preocupación en la familia de la persona con discapacidad, es
el tema del futuro no solo de la persona con discapacidad sino también de los
hermanos de la misma. Este tema genera muchos sentimientos en los últimos, dado
que saben que pensar en “futuro” es pensar en cuando sus padres envejezcan y en cuando sus padres ya no estén.
Se
generan sentimientos de incertidumbre, tristeza, angustia, miedo, preocupación.
Cuando la planificación familiar, mediante la
elaboración de un proyecto de vida que incluya a todos los integrantes de la
familia no es realizada a tiempo, las decisiones serán tomadas a último momento
ante la impronta de la vejez o muerte de los padres.
Muchas veces, si los
padres no los convocan a hablar sobre el futuro, esta preocupación se mantienen
silenciada por los hermanos por diversas razones y esto genera que los herma-nos
sientan un (…) fuerte mandato familiar
implícito: ellos se harán cargo del cuidado de la persona con discapacidad
cuando los padres no estén, tal como ellos lo hicieron hasta ahora (…), (Blanca
Núñez)
Para finalizar, en
una familia con un hijo con discapacidad, es imprescindible que circule la
palabra, que los aspectos relacionados a la discapacidad de la persona, a los
roles, sentimientos, y al futuro de los miembros de toda la familia no queden
silenciados para de esta manera poder elaborar y tramitar cada momento del
ciclo vital de la familia con un miembro con discapacidad.
Fuentes consultadas:
*Nuñez,Blanca: “De la
vida cotidiana a la teoría”.Editorial. Lugar. 2008.
*Nuñez,Blanca y
Rodriguez, Luis: “Los hermanos de las Personas con Discapacidad. Vivencias y
Apoyos”. Editorial.Lugar. 2012.
*Schorn,Marta:” Una
mirada distinta , una escucha diferente”. Editorial.Lugar. 2008.
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